martes

El dolor.

Y un día llegó el dolor como un huracán, bien airado, fuerte, robusto, enérgico, arrasador y destructivo. Todo lo que tocaba no lo convertía en oro sino en desecho, en polvo gris. Era tan intenso que decidí encerrarlo en el sótano, en mi profundidad más oscura como carcelero que posee las llaves del destino del que le toque estar en una celda oscura y fría. Era tal el sufrimiento que me hacía sentir que llamé al carcelero y le dije que lo encerrara allí para siempre, que no quería volver a verlo, a sentirlo, a tenerlo de frente, lo rechazaba desde lo más profundo de mi alma porque no me llevaba a la felicidad, al contrario,me bajaba a las profundidades más temerosas.


Así, el carcelero cogió al dolor y lo encerró en la celda más alejada de la luz donde la oscuridad más absoluta, el silencio y el frío reinaban.


Y pasó el tiempo… Y me visitaban otros dolores, y hacía lo mismo con ellos, los mandaba a la celda oscura con ese primer dolor tan intenso que provocó que temiera a los demás tanto.


Y pasó el tiempo…


Y un día,acompañada, decidí visitar el sótano. Y, después de varios intentos, al fin bajaba las escaleras temblorosa por lo que pudiera encontrar. A medida que avanzábamos por las celdas escuchaba lamentos, quejidos, excepto en la última celda, que todo era silencio. Ese primer dolor que me hizo temer a los demás, ese tan intenso, el que había sido objeto de mis pesadillas, allí estaba.. Encogido, pensativo, triste.. No sé todavía cómo abrí la celda y no hizo nada, sólo mirarme…


Me puse a su altura y le observé bien. Tanto le temía a aquello que me parecía algo gigantesco y brutal y ahora se me presenta como debilitado y entumecido. Y le solté todo lo que tenía guardado y quería durante tanto tiempo decirle..... Cuando paré, en su mirada, sentí frío y miedo porque en sus ojos aún quedaba la fuerza que yo asociaba con capacidad de destrucción. Pero esta vez era distinto porque ví que obviando el dolor mi vida no había mejorado ni era más feliz. Además, sabía que él estaba en la celda y en cierto modo seguía estando conmigo. No entendía cómo podía tener tan presente a lo que más temía. Y entonces habló.


"Te vine a enseñar, pero no me escuchabas. Me temías tanto que te cegaba. No tuve intención de traerte más del dolor necesario y del que eres capaz de soportar, y no el que tú has prolongado como sufrimiento, quería ser una enseñanza. Yo soy la forma de conectar con tu humanidad y la forma en que tu corazón se abra a ser más compasivo contigo misma y con los demás. Yo soy el desapego y te recuerdo la impermanencia. Yo soy la conexión con tu Yo más profundo y esencial,con tu sabiduría. Yo traigo una nueva realidad para ti creando espacios en blanco donde antes habían contenidos de vida para que sigas pintando nuevos lienzos. Yo soy la despedida pero también soy el saludo, el inicio. Yo soy una herramienta de una nueva identidad para ti. Yo puedo ser un proceso liberador,puedo ayudarte a encontrar compasión y comprensión a la vez que añadirte apertura y maduración. Soy evolución, soy oportunidad de transformación y crecimiento. No soy el fin del Mundo como tanto temes, sino el inicio de uno Nuevo."


Boquiabierta en ese momento dije.. "Pero dueles.."


Y dijo.. "Sí, a veces es necesario ser un proceso doloroso para llegar a la completa transformación…"


"¿Y si no llego nunca?"


"La oruga pensaba lo mismo antes de transformarse en mariposa. Yo confío y creo en ti.Por eso estoy aquí. En cualquier caso depende de ti tomar mi enseñanza o no,encarcelarme de por vida o recibirme aunque me temas y abrirte a la enseñanza que te traigo."


Nos abrazamos un largo tiempo y desde entonces bajaba a visitarlo 1 vez por semana a escucharlo,a tener conversaciones donde las lágrimas, la incomprensión, el sufrimiento a veces, otras un atisbo de comprensión, claridad, compasión, Amor… brotaban de una forma espectacular… hasta que llegó el momento de abrirle completamente la celda, invitarlo a subir, a emerger cuando quisiera, decirle que era bienvenido hasta que terminara su enseñanza, al final ya no lloraba tanto, casi era ya aceptable su presencia al ver toda mi humanidad en ella, un reflejo de mi vulnerabilidad y también de mi grandeza amorosa y compasiva de aceptación y disposición de aprendizaje y apertura… Poco a poco salían de la celda,emociones rechazadas e ignoradas, acompañadas del dolor, y le daba cabida a todas y libertad para aparecer y traerme lo que cada una necesitaba mostrarme.


Y esto es un proceso, para mí, que continúa y en donde aún me siento oruga esperando algún día llegar a ser mariposa.

Nuria Gomar.

jueves

Perfeccionismo o Humildad.

Recuerdo el día que.......Tenía un espejo delante y pensé que se trataba de hacerlo "perfecto" y lo que "se esperaba de mí", así que me frustré. Tenía un sentimiento de fracaso por mi propia exigencia, no viendo nada más (realmente nadie me había dicho nada en cuanto a lo que se me exigía, realmente diría que no había exigencia, no había que hacer nada especial ni llegar a un punto en particular, todo estaba en mi EgoMente). Relacionarme desde el bien o mal, correcto o incorrecto, perfecto o imperfecto, bien evaluada o devaluada...Criterios que establecen baremos tan diversos como lo somos cada Ser Humano con nuestras creencias, y que suelo ponerme bastante altos y suelen influirme bastante y, en consecuencia, impiden que fluya.

Pensé que no había pasado la prueba, con frases como: He recibido una cura de humildad; no he sido capaz de...; no me creo merecedora de...; no he pasado las pruebas...; he fracasado...; No sirvo...

Y resulta que al final me doy cuenta que no se trata de lo que hiciera con el otro o con la situación, sino con lo que me hago a mí misma.

Sólo puedo dar lo que tengo. Y sólo puedo ser consciente de lo que doy, cuando lo experimento.

Si quiero dar Amor, necesito aprender a darme Amor primero. Si quiero aprender Amor Incondicional, primero necesito empezar conmigo. La bondad, la compasión... Necesitan ser practicados en uno mismo antes de ponerlos en disposición de los demás. Así de simple.

La Humildad seguramente está aquí, más que lejos de querer hacerlo todo bien, perfecto, más que lejos de querer que me evalúen bien alto por temor a las críticas o juicios.. No "dar la talla" cuando nadie nos exige más que nosotros mismos, más que estar en la sala de espera-esperando a que llegue el momento perfecto en el que estemos perfectamente preparados y tengamos todo controlado... Irrealista es.

Más que eso, me atrevo a experimentar en mí, a aprender de mí, y luego me atrevo a compartir lo que tengo integrado tan sólo para seguir aprendiendo, según mis propias experiencias, mi propia mochila, mis propias gafas de ver mi realidad, teniendo muy claro que no van a ser para nada las del otro, por lo que para mí esté bien, para otro no estará tan bien, y curiosamente, viceversa.

Por otra parte, la perfección bloquea, paraliza. ¿Cuántas veces me descubro postergando cosas por no poder hacerlas como quisiera y cuando quisiera?¿Me dan ataques de pánico cuando las cosas cambian de pronto y aparece una nueva responsabilidad que atender en un plazo corto de tiempo?¿Puedo ver que todo lo que hago puede mejorarse y paralizo las cosas?¿Soy el eterno alumno que no se pone en práctica hasta que su baremo de exigencia de conocimientos se vea satisfecho, es decir, nunca?

Así que si la vida nos pide ponernos en marcha, si nuestro corazón nos dicta que ha llegado el momento de la acción, si pide a gritos empezar a hacer algo, si tenemos algo que compartir (todos lo tenemos y es algo único y distinto a los demás), con nuestro propio estilo, apoyados de nuestra propia maleta de aprendizajes y experiencias, HAGÁMOSLO. Sólo Hagámoslo.

Y elijo lanzarme a la piscina. Si tengo proyectos en la cabeza, los pongo en papel. Si tengo necesidad de escribir, pintar, cantar, bailar, compartir experiencias, aquello para lo que me he estado preparando y que me apasiona, me ilusiona, me llena de entusiasmo, lo vivo, lo amo, lo tengo como mi tercer brazo, me dedico a ello cuando puedo.. Lo Hago.

Soltemos ese ego perfeccionista y exigente y pongámonos en marcha, demos un primer paso, vivámoslo con el corazón, demos lo mejor que podamos en cada situación y con cada persona, arriesgando a fracasar, dando la bienvenida a las críticas y juicios, aceptando los NOES por respuesta y, sobre todo, intentándolo porque sólo un paso puede llevar a otro y así, sólo así, voy aprendiendo, ¡Caminando!. Nunca se aprende parado en el mismo sitio por miedo a tropezar o a caer.

Nunca se aprende sólo de conocimientos y teoría, si no existe una práctica y una predisposición a prueba-error. En mi pensamiento, no me quedo sólo con la teoría de las cosas.....Imagino qué tipo de profesional sería el que se haya dedicado únicamente a la teoría y no lo haya llevado a la práctica... Un inventor sin hacer uso de sus inventos... Al igual que el que habla de Amor sin haberse enamorado, sin haberlo sentido en su corazón y en sus carnes, con sus alegrías y sus tristezas; el que habla de vicios sin haberse enviciado nunca ni haber pasado por una "desintoxicación";  el que habla de duelos sin haber pasado por el intenso dolor de una pérdida....etc.... Estoy aprendiendo a no frivolizar con la teoría sin haberme atrevido a experimentarla, a vivenciarla. Y esto es lo que me prepara para poder compartir con otros, siempre bajo mi propia realidad y experiencia, que siempre se ve enriquecida por otros si, al compartir, estoy abierta a seguir aprendiendo... 

El EgoMente es el que tiene miedo a atreverse a dar pasos porque sabe que tarde o temprano va a "equivocarse". Y no es la equivocación en sí, es la actitud del ego, que lo ve como un fracaso y no como una experiencia/aprendizaje fundamental para crecer.

La actitud de servicio ante la vida no trata de ser perfecta ni de ser la mejor persona con los demás, ni la más buena, ni la de mejor cara siempre, ni de salir siempre airosa y con éxito de las situaciones... Trata de llevar el Ego a la Humildad, con Amor, Bondad y Compasión, haciéndole entender que es tan bueno los pasos que avanzas como los que retrocedes o te caes, porque siempre es una oportunidad para ser bondadoso con uno mismo cuando no haces las cosas "perfectas".

Sólo practicando y sintiendo de corazón el Amor, la Bondad y la Compasión conmigo, soy capaz de ofrecerlo en algún momento a los demás. No es teoría, no son bellas palabras y frases magníficas que apenas pueden tocar un alma alguna vez.. Hay que sentirlo de verdad dentro, muy dentro, en lo más profundo, hay que experimentarlo de verdad con uno mismo si quiero que sea auténtico para los demás. Y esto me estoy dando cuenta que lleva su tiempo, pero ya a lo largo del camino por seguro que merece la pena.

Así pues, siendo humilde y haciendo, atreviéndome desde el Amor a aprender, a caer, a levantarme de nuevo, a empezar, a dar otro paso más para avanzar e ir cargando esa mochila de cada vez más experiencias y aprendizajes, posibilitando siempre un paso a lo nuevo, a lo no encasillado, al Todo en lugar de lo individual. NO espero que la vida me traiga el momento perfecto, la persona perfecta, todo el conocimiento de una vez y sin la experiencia, porque esto, para mí, es Irreal. Mi vida exige ir haciendo cada día lo que puedo, ofrecer y compartir lo mejor en cada momento, sin listones, sin expectativas, sin reproches, sin referencias de esa identidad que me formo y que a veces está tan alta que ni siquiera la alcanzo, y eso me hace sufrir.

Así que sin esperar que esa identidad diga cuándo actuar..Porque quizá nos quedaremos esperando... En mi ánimo está el procurar ir haciendo...Cada día..Lo que puedo, lo mejor que puedo y cuando tengo sensación de desbordamiento, de fracaso, de frustración, pongo en marcha el impulso del corazón bajo ese Amor incondicional que ayuda a bajar el listón, a dejar de exigir la perfección y a reconocer con humildad nuestra capacidad de experimentar y aprender, en comparación con nadie más que con nosotros mismos. 

El corazón late a cada momento, a un rimo diferente, no se exige latir de una forma determinada, no tiene expectativas de esperar a ser perfecto para latir, no se reprocha cuando late pausado o intenso, no se cuestiona cómo debería latir..Lo hace sin más, cada día en su función, de la mejor forma que sabe para mantener el organismo vivo, hasta el día que deje de hacerlo.


Nuria Gomar.