domingo

2ª semana de abril: Compasión.

Hace unos días una persona a la que tengo mucho respeto, amistad y cariño me comentó que no sabía cómo tener compasión por el daño que alguien puede causar en nosotros. Hace tiempo que también quería abordar este tema pero no sabía cómo. He intentado compartir desde mi propia experiencia, con lecturas y técnicas, y trasladar a esta persona un ejercicio para ejercitar la compasión en cualquier momento de nuestra vida.


Hablábamos de "espinas" clavadas y así le insté a escribir en detalle cada espina que tenía clavada, una por una, describiendo cómo fue el hecho y cómo fueron o son esas personas, lo que nos han hecho.

Cuando leemos de nuevo cada espina que hemos descrito y tenemos en mente a esas personas, me gustaría que preguntáramos a cada una de ellas si son conscientes todavía del daño que nos han hecho. Seamos sinceros (probablemente, en estos momentos, a día de hoy, pocos se acordarán del hecho quizá y muy pocos tal vez nos podrían responder un rotundo SÍ).

Preguntémosles también si sabían hacerlo mejor en aquel momento, si eran conscientes de que tenían oportunidad para cambiar su forma de hacerlo con nosotros (posiblemente la mayoría nos vuelva a responder de nuevo un NO).-

Ahora imaginemos una sala de baile, estas personas intentaron en una etapa de nuestra vida bailar con nosotros y no supieron como hacerlo, como nosotros con ellas o con otras tampoco. ¿Quizá somos consciente de a quiénes hemos podido nosotros pegar un pisotón en un baile?. A día de hoy seguramente nos encontramos en la misma situación que estas personas. Y todos hemos pegado pisotones, consciente o inconscientemente.

Compasión….

Ahora que podemos visualizar de alguna forma la situación pasada, pongámonos en su lugar y más cuando cada una de ellas nos confiesa que realmente no han sabido hacerlo de otra forma, por intereses propios, seguramente, las razones no importan pues cada una de ellas no hay duda de que tendrá las suyas propias, que no tienen por qué coincidir con las nuestras. El caso es que no supieron bailar con nosotros de mejor forma.

¿Podríamos entonces culparlos por ello?. Míralos, no saben hacerlo mejor. ¡Cuántos más pisotones habrán pegado pensando que bailaban quizá bien con todos!, ¡cuántos pisotones habremos pegado nosotros pensando lo mismo!, ¡cuántos errores habremos cometido y seguiremos!

Ser compasivo es aceptar al otro tal y como es, es ser capaz de reconocer que no sabe hacerlo mejor, como tú y como yo tampoco lo hacemos mejor con otros. Es aceptar la humanidad con sus errores, es aceptar que no todos bailan bien con todos, es ocuparse de tus propios aprendizajes en el baile, ya que los otros ya se ocuparán de los suyos, si quieren. Es responsabilizar a cada uno de su propia forma de bailar y no sentirse mal por mucho tiempo debido a los muchos pisotones que nos puedan pegar, porque eso nos ayuda a nosotros a su vez a  mejorar nuestra forma de bailar. Es dar la libertad y la responsabilidad a cada uno y no tomarla como algo nuestro que podamos controlar.

sólo puedes responsabilizarte de lo tuyo y hacerlo lo mejor posible, puedes elegir como sentirte con el baile de otros y hasta donde quieres que eso te influya. Tú eliges. Tú eliges qué emoción quieres sentir con otros y hasta dónde quieres llegar con cada persona en tu vida. Tú puedes poner límites. Aún así, te seguirán pegando pisotones, pero los mirarás como un intento de que cada uno está bailando de la mejor forma que pueda, al igual que tú, y no sabe hacerlo de otra manera. Por supuesto, si te lo permite una persona, puedes decirle cómo bailar mejor contigo, pero eso ni el resultado tampoco va a ser de tu control.

Soltar con amor.-

Ahora que comprendemos y tenemos compasión de la humanidad de otras personas, entonces estamos preparados para arrancarnos las espinas y soltarlas, con cariño a esas personas que no supieron hacerlo mejor (guiadas por sus propias razones, motivos e intereses que sólo a ellas les corresponden) con nosotros. Con mucho amor a nosotros, y también con buenos deseos a ellas de que puedan mejorar y quizá algún día, si ellas así lo deciden, dejen de pegar tantos pisotones a otras personas, pero esto volvemos a decir que no es de nuestro control, no depende de nosotros, no lo elegimos por ellos ni es una decisión nuestra.

De nosotros sí depende sanarnos para seguir mejorando, de nosotros depende coger lo bueno de todas las experiencias de todos los bailes y seguir aprendiendo, de nosotros depende elegir no quedarnos en el dolor y sufrimiento de un hecho concreto y seguir avanzando, comprendiendo, con compasión y soltando con amor.

La comprensión va a ir mucho más allá igualmente, pues seremos capaces de ver a cada persona única y tratarla como tal. Esto es, si una no ha sabido bailar bien contigo, no vas a juzgar a otra por lo mismo, cada una tiene una técnica porque cada una se mueve por distintas razones. Eso te dará capacidad de cariño y amor con otros, porque desearás que cada uno lo haga mejor, de “ser-humano” a “ser-humano”, porque ya no verás distinciones, ni unos mejor que otros, cada uno baila su baile a su manera, el caso es encontrar una pareja a la que le vaya esa misma forma de bailar. Nadie es mejor que otro, ni aunque sea obvio, cada uno en sus intereses, es único y se mueve de una forma única.

Ninguna es igual a otra, ningún camino de vida es igual a otro.

Comprenderemos que así, cada persona con la que coincidimos e intentamos bailar es un aprendizaje para nosotros y para ella. Quizá por unos segundos, quizá por años.

Ellas lo siguen haciendo de la mejor forma que saben para ellas.. al igual que tú ahora lo haces de la mejor forma que sabes para ti.

Suéltalo, ejerce tu libertad y tu responsabilidad, y da la libertad y responsabilidad a otros. No lleves más tiempo sus cargas. Deséales lo mejor de corazón, con sinceridad, con amor.

Por tanto:


Intenta comprender a otros aceptando que cada uno lo hace lo mejor que sabe, puede y/o elige y decide - 

Sé compasivo en base a nuestra humanidad innata que siempre tiene capacidad de errar, aprender y mejorar- 

Si puedes, perdona, si no, no -

Pero suéltalo ya, no te quedes con lo que no te aporta nada, siempre deseando lo mejor para otros y por supuesto para ti mismo, por eso sueltas y avanzas siempre mejorando.

1 comentario:

  1. Quiero comentar aquí algo que ha surgido últimamente en una conversación. ¿Qué haces cuándo no puedes soltar ese dolor?.
    Para mí, lo mejor es intentar integrarlo en ti.Al igual que puedes no llegar a perdonar,pues no llegar a soltar el dolor.
    Integrar el dolor para mí significa aceptar que ha pasado y que te ha dolido.Para mí,hay situaciones de mi pasado que me siguen doliendo,no puedo verlas de otra forma,porque no tengo otra forma de verlas.Hablo de las que no he podido "soltar"..todavía..:las empecé a aceptar y más,a comprender,y más aún,a tener compasión ante ello,con todo el cariño del mundo,empecé a perdonar,primeramente a mí misma,y a no sentirme tan culpable.El dolor sigue estando de momento,pero ya lo he integrado,curiosamente gracias a él he podido sacar cosas de dentro de mí buenas.Da igual el tiempo que pase,cada persona tiene sus tiempos,no son comparables a los de ninguna otra.Yo tengo claro que sigo siendo yo misma,con mi dolor,con mi alegría,con mi pasión,con mi forma de ser..Todo eso soy YO.Y no lo niego ni quiero rechazar nada,todos mis sentimientos son válidos y me permito tenerlos,e intento que todos convivan en mí.También es verdad que los sentimientos que duelen,suelen ser menos dolorosos cuanto menos protagonismo se les consiga dar...eso sí..con el tiempo.Para mí,algunas heridas no curan,cicatrizan.Pero,repito,es bajo mi punto de vista y en situaciones que no es posible "soltar" el dolor.Si es que al final,cada persona tiene su manera de afrontar la vida y coge la que es mejor para ella.

    ResponderEliminar

Comparte tus cambios y experiencias,si quieres.Si te sientes más cómodo/a, puedes compartir de forma anónima o mejor,puedes identificarte como quieras (yo, por ejemplo,me defino actualmente como "un ser comprometido").