jueves

3ª semana de abril: Gracias a los demás podemos conocernos mejor.

Mediante un ejercicio que hice el sábado en un taller de Gestalt, me dí cuenta de que gracias a los demás, me puedo conocer mejor a mí misma. Que necesito de los demás para no perder mi propio punto de vista.


Al final del taller, la coordinadora nos hizo escribir una o varias cosas que veíamos en los demás miembros del grupo. Al principio estábamos todos intrigados por si luego tendríamos que decírselo a esa persona, pero nada de eso, ni siquiera apuntamos el nombre de las personas, sólo uno o varios adjetivos que pensábamos que podían definirlas.

Cuál fue nuestra sorpresa que al final tuvimos que decir los adjetivos de cada uno EN PRIMERA PERSONA. Es decir, en lugar de Tú Eres...tal y tal... Yo Soy.... tal y tal....

Esto es para mí el efecto espejo. Nos reflejamos en otras personas, en lo bueno y en lo malo, porque lo conocemos y estamos familiarizado con ello de alguna forma. Cuando vemos que una persona es amable, es porque nosotros conocemos lo que es la amabilidad y somos capaces de reconocerla en el otro. Al igual que cuando una persona es grosera, mal que nos pese. ¡Sí!, quién no ha sido grosero alguna vez con alguien y reconoce eso.

Fíjate en lo que criticamos de otros, ¿qué es lo que nos pasa con eso que tanto nos molesta como si fuera algo tan personal? Quizá conozcamos ese sentimiento de molestia o sabemos cómo influye en los demás ese comportamiento, porque sabemos de qué estamos hablando realmente, y entramos en la comodidad de hacer responsables a otros de lo que sentimos.

Cuando algo nos llama la atención de la otra persona es porque nos sentimos identificados con eso por algo nuestro que quizá debamos trabajarnos más o que tenemos inconcluso y por eso precisamente lo detectamos.

Piensa en ese alguien o algo que te molesta tanto y en lo que le exiges para tú estar mejor, en la parte de responsabilidad que le trasladas sobre tus propias emociones.

No somos víctimas si no elegimos serlo.

Si creemos que algo "no debería" existir pero dejamos que influya en nuestras emociones, sufrimos.

Dejemos a cada uno ser, identificándonos con lo positivo y trabajando en transformar lo negativo, pero no en el otro, sino en nosotros mismos.

Dejemos que cada uno se ocupe de cómo es y quiere ser, y que eso no nos influya en cómo somos y queremos ser nosotros.


Antes de criticar lo malo de los demás, invirtamos, hablemos en primera persona: Por ejemplo, ¿Somos nosotros tal vez los que deberíamos ser más amables con nosotros mismos y con los demás para sentirnos mejor?

No podemos cambiar el hecho de como sean las personas o las situaciones, pero podemos cambiar cómo nos influyen en nuestras emociones y podemos descubrir áreas de trabajo personal.


Tomemos responsabilidad.

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