Vaso medio lleno - Vaso medio vacío

¿Cuándo tengo una actitud optimista y cuándo tengo una actitud pesimista?¿De qué depende la distinta forma en que veo el vaso?¿Puedo escoger esta actitud?

Una frase que me ha inspirado en este texto del artículo es la que hace poco escuché de mi padre: "A veces las cosas se tienen que poner muy mal para empezar a ponerse muy bien".


Esto yo lo interpreto como una prueba de vida, donde siempre tienes que aprender algo y practicar lo aprendido. ¿De qué sirve leer mil libros de auto-ayuda, decir frases bonitas y constructivas, animarse en el día a día, si todo es positivo?¿Puedo pensar que llega un momento en que lo que verdaderamente importa, lo aprendido o por aprender, se tiene que poner a prueba? Yo creo que sí.

Por eso la vida es complicada, y por eso hay personas que pasan sus propias pruebas mejor que otras, quizá con menos desgaste que otras y con más rapidez de aprendizaje que otras. Porque, al menos bajo mi experiencia, cuanto más he tardado en aprender algo o en poner en práctica lo aprendido, más se alarga el proceso, cuanto más me resisto, más tardo en soltar la cosa, y las pruebas se repiten una y otra vez y cada vez son más duras y el proceso resulta más largo.

Puedo escoger tener una actitud optimista o pesimista ante una dificultad, ante una situación complicada, ante algo que parece imposible que esté pasando y ¡encima me esté pasando justamente a mí! Y es aquí cuando llega lo de: ¡qué mala suerte!¡no merezco esto!¡es injusto!¡pero qué he hecho yo en otras vidas para vivir esto que estoy pasando!¡alguien me ha echado mal de ojo seguro!¡esto debe ser un mal sueño, no puede estar pasando en realidad! etc etc...

¿Y qué podríamos decir si decidimos tomar una actitud optimista ante las mismas difíciles, complicadas y malas situaciones?

Aquí van algunos ejemplos y otros muchos más que tendrá cada persona:

- Acepto el término medio del vaso, que está medio vacío y medio lleno, que puedo permitirme decidir ambos estados con consciencia y libertad de elección.
- Espero que me suceda algo bueno, aunque estoy dispuesto a aceptar algo malo y hacer los ajustes necesarios.
- Me conozco a mí mismo. Me acepto, cuando estoy mal y cuando estoy bien. Reconozco que no siempre es posible estar bien ni tampoco estar mal es bueno por mucho tiempo.. Detecto lo que siento en cada momento y me permito sentirlo, entiendo que lo sienta, no lo rechazo, forma parte de mí.
- No ignoro, sino que observo y cuestiono.
- No sólo deseo, sino que actúo y toma acción, tomo parte de lo que deseo.
- Veo la adversidad como una oportunidad.
- Me enfrento a los retos con confianza y perseverancia.
- Venzo mis miedos y mis dudas.
- No espero un resultado para estar bien, vivo el aquí y ahora, vivo durante el proceso.
- Soy realista: Sé que no siempre el resultado llega cómo y cuándo yo lo espero. Y lo acepto.
- No me valoro según el resultado obtenido, sino por lo aprendido a lo largo del proceso. Acepto igualmente que el resultado en muchos casos no depende totalmente de mí.
- Presento menos sufrimiento y desgaste emocional. Busco siempre mi equilibrio interno. Cuido de mi bienestar en todo momento.
- Manejo las situaciones difíciles de una forma constructiva.
- Encuentro maneras de afrontar los cambios en mi vida, especialmente los inesperados.
- No culpo a los demás de las injusticias de mi vida, busco soluciones, no culpa.
- No espero a que la suerte me llegue. Voy a buscarla.
- Me siento con energía.
- No tengo miedo al fracaso. No me paralizo en espera de un resultado y no pienso durante el proceso si será bueno o malo.
- Me dejo fluir, me suelto con la vida, no me resisto en lo que no depende de mí.
- Me río con facilidad, hasta de mí mismo.
- Mi confianza viene de dentro y no de afuera. Es interna, no externa. El reconocimiento es mío, no viene de otros, ni lo busco en otros.
- No dejo de ponerme matas, objetivos y acciones para alcanzar mi propósito.
- Visualizo lo que deseo.
- Espero con paciencia.
- Adquiero conductas y actitudes nuevas, no me aferro al pasado o a lo que siempre se ha hecho o a cómo he sido o cómo he pensado. Mi actitud depende de mi aquí y ahora.
- No me aíslo en zonas de seguridad y comodidad para siempre. Busco nuevas oportunidades.
- No me influye demasiado las opiniones de otras personas que piensan que ls cosas siempre tienen que ser igual, que nada ni nadie puede cambiar y que una idea de cambio es una mala idea.
- No me ato a resultados que no dependen de mí.
- Comparto con los demás.- busco también el beneficio de otros.
- Me muevo por sentimientos internos, doy importancia a hacer lo que debo, lo que creo justo, lo que necesito hacer, independientemente del resultado. Soy medible por mis valores internos, no por resultados externos.
- No creo demasiado en la suerte, no la tomo como excusa cuando las cosas no van bien.
- Tengo la capacidad de momentos de visión del problema desde una perspectiva alejada, desde la distancia. Procuro desconectar, tener momentos de visión global y no concreta del problema. Ver más aspectos, más áreas de mi vida, buscar momentos en los que me puedo permitir pequeñas dosis de placer.
- Cuando llego a un muro demasiado alto en mi camino, no retrocedo, o bien busco otro camino o bien decido escalarlo para ver qué hay al otro lado.
- Tengo fe, confío, no abandono en lo que considero justo y correcto.
- Las dificultades son pruebas en el camino, pueden ser buenas oportunidades. Si aparecen, es por una razón. De mí depende darles un sentido por el momento en que aparecen y cómo aparecen.
- Para mí, no existen las coincidencias. Todo sucede por una razón.
- Si el resultado no sale como esperaba, en cualquier caso, siempre habré aprendido algo.
- Insisto, persevero, trabajo en crear las circunstancias hasta lo que dependa de mí.
- En todo lo que esté de mi mano hacer, lo hago, sin esperar a mañana.

¿Qué frases te ayudan a decidir tener una actitud optimista en la misma situación en que otra persona decidiría tener una actitud pesimista?

"Algunos ven la botella medio vacía, otros la ven medio llena. Los que eligen ver un mundo lleno de sufrimientos deberían darse cuenta de que también es un mundo de personas superando su sufrimiento"
Extraído de MIL VÍAS hacia el optimismo, de David Baird.