lunes
1ª semana enero 2010: Ser y estar aquí y ahora.
No empezaré diciendo que no nos ahoguemos en recuerdos del pasado ni en preocupaciones del futuro, pero vamos a analizar un poco la actitud ante esto.
El pasado_:
Es bueno tener recuerdos del pasado y memoria "histórica", pero analicemos cómo tenemos estos pensamientos en nuestra mente: ¿aparecen en positivo, para enseñarnos algo, para motivarnos, para alegrarnos, para admirarnos, para enorgullecernos?¿o para hacernos sentir culpables, furiosos, desgraciados, dolidos, indignados, rotos..? Por muy doloroso que fue algo, no estamos obligados a vivir ese dolor infinitamente. Si hay algo que no hemos superado y ya pasó, necesitaríamos hacer un proceso de duelo, llorarlo intensamente y después soltarlo. Los recuerdos deberían ser motivadores, aportarnos la experiencia, una satisfacción, una alegría, nuestro propio orgullo, lo que hemos sido capaces de afrontar, de soltar, de cambiar, de mejorar. Formulemos en positivo,sacando lo mejor de lo peor, aunque lo peor por sí sólo no tenga nada positivo que sacar, miremos nuestra actitud ante ello y de ahí podremos empezar a sacar algo bueno para desechar el resto inservible.
Hagamos este ejercicio: Coge un recuerdo negativo de tu mente, una mala discusión por ejemplo.. Rememora aquello que te indignó más. Seguramente, nuestra actitud es de enfado, malestar, rabia.. Cojamos la misma escena y vamos a crearla de nuevo, esta vez, ponla a un lado de tu mente, no en el centro donde puede tener más importancia, sino en una esquina, si la recordabas en gris, ponle color, o ponte a ti color y el resto mantenlo en gris; y empecemos a hacer pruebas con nuestra imaginación: pasemos la situación a cámara rápida, pongamos una música divertida, etc... Y sobre todo, sobre todo, pensemos que ya pasó y que todo cambia, nada se mantiene igual.
Efeso citó algo así como: "Uno no se puede bañar en el mismo río, pues ni el agua, ni el río son los mismos, ni uno es el mismo"
El futuro_:
También es bueno pensar en acontecimientos futuros. Pero analicemos igualmente cómo nos lo planteamos, ¿en forma de preocupaciones constantes, con ansiedad y estrés, con "debes de" y "tienes que"?.. Todo esto así planteado tampoco nos aporta nada bueno y de alguna forma nos aporta dolor en otro sentido, en angustia.
Analicemos qué cambios necesitaría nuestra actitud para formular del mismo modo en positivo, en forma de retos, metas, objetivos, con motivación, ilusión, optimismo, que supongan un buen inicio y no vayamos desgastados nada más empezar. Incluso una situación dura no debería serlo tanto hasta el punto de quitarnos la esperanza de un cambio a mejor.
También insisto en la forma en que deseas las cosas, en que esperas que las cosas sucedan y se resuelvan. En la mayoría de los casos, no controlamos ni depende totalmente de nosotros un resultado final, por lo que seguramente habrá que hacer cambios en el proceso. Lo importante es la actitud que tomamos a lo largo de este proceso, lo abiertos que estemos a cambios esperados e inesperados, favorables o no y no depender tanto de un resultado final que al fin y al cabo muchas veces nos viene dado. Los "Qué pasaría si...", "Cómo sería si..." no corresponden con la realidad.
El presente_:
¿Cuánto tiempo real ocupamos en disfrutar del momento?¿Mientras yo escribo y tú lees esto, qué parte de nosotros está aquí y ahora, disfrutando de este momento y qué parte está culpándose por algo pasado y preocupándose en algo futuro? Si es así, ¿somos capaces de aprovechar, estar al máximo, poner toda nuestra atención en el aquí y ahora o estamos "divididos"?
Sólo tener en cuenta:
- Los problemas forman parte de la existencia. Son la vida misma. Si estamos en el momento cuando aparecen los problemas, seguramente podremos dar más de nosotros mismos que si nos encuentra "divididos". Podremos crear ajustes creativos a las dificultades que salgan a nuestro paso. A esto entiendo que se refiere lo de "estar en el momento adecuado a la hora adecuada".. No es que sea por casualidad o por obra de magia captar esos momentos de oportunidad, es estar al tanto de ellos, porque seguro que tenemos más alrededor de los que imaginamos, pero no los vemos.
- Vivir el momento, "carpe diem"; Para disfrutar plenamente de algo tienes que estar en el momento, a pleno rendimiento con ese algo.
- Estar cuando se está, el único momento que existe realmente: Cuando comes, come; cuando duermes, duerme; cuando descanses, descansa; cuando trabajes, trabaja; cuando hagas el amor, haz el amor; cuando practiques un deporte, practícalo; cuando escuches música, escúchala; cuando te preocupes, preocúpate; cuando pienses, piensa...... Pero no, nos empeñamos en viajar de aquí para allá con la mente.. a veces a años luz del momento presente.. y luego llega ese tan sonado "eh!Eh??Ehhh????""perdona, no te estaba escuchando, no estaba en lo que tenía que estar, se me ha ido el santo al cielo..."
- Analizar las evasiones diarias.. ¿eso nos protege de algo?¿es mejor encontrar razones fuera para excusarnos en lugar de encontrarlas en nosotros mismos?¿es miedo o evasión a algo inmediato? ...."es que como me pasó esto o aquello, no quiero que vuelva a repetirse""es que no sé para qué tengo que hacer esto""si al final va a salir mal""prefiero no pensarlo". Reflexionemos esto.
Algunas ideas, aunque cada uno encontrará la forma más adecuada:
- Planifiquemos nuestra semana o nuestro día a día. Pongamos momentos.. para comer, trabajar, dormir, hacer el amor, ver una película, jugar con tus hijos, hacer un deporte, meditar, cocinar, lavar la ropa... Hagamos lo que hagamos, sea lo que sea que planifiquemos, tomemos conciencia y hagámoslo dando el 100%, con todos nuestros sentidos, disfrutando de lo que estamos haciendo, dándonos ese permiso, ese tiempo a nosotros mismos, incluso cuando nos estamos preocupando, muy bien, planifiquemos también nuestros momentos de preocupación y de culpabilidad y observemos cómo nos sentimos y qué cambia. Analicemos con qué momento nos sentimos mejor y disfrutamos más.
- Pongamos alarmas en el móvil para tomar consciencia del aquí y ahora. Hacerlas sonar indistintamente o que nos las pongan otros. Cuando suene la alarma, paremos lo que estamos haciendo, tomemos un respiro, tomemos conciencia de nosotros, de lo que nos rodea, miremos por la ventana, miremos a las personas que tenemos a nuestro alrededor, mírate a ti mismo, ¿qué haces?¿lo estás haciendo poniendo todo lo mejor de ti?¿puedes hacerlo mejor todavía? Observemos lo que estamos experimentando con todos nuestros sentidos, imaginemos una escena de Matrix de cámara lenta, hagamos ese parón, hagamos un paréntesis.
- Escribamos en la agenda las dificultades que hayan surgido en nuestro día a día. ¿Qué hemos hecho ante ellas?¿Qué ajustes podríamos hacer? Teniendo paciencia con nosotros mismos, siempre hay una próxima vez y cuanto más estemos en el aquí y ahora, más nos adaptamos a los cambios inesperados o decisiones rápidas, más estamos preparados para girar la esquina y encontrarnos con un rayo de sol o una ventolera que aunque nos tire al suelo seamos capaces de levantarnos y seguir andando.
- Observemos nuestro diálogo: ¿conjugas muchas veces el futuro para hablar, o tal vez el pasado?¿por qué?¿piensas que las cosas van a repetirse tal y como fueron en un pasado?¿no sabes que nada permanece sin cambios?¿o tal vez piensas en poner demasiadas expectativas en el futuro?¿no sabes que no lo controlas ni depende de ti en la mayoría de los casos?
- No es para ponernos dramáticos ni pensar en la muerte, pero sinceramente si nos dijeran que nos queda un tiempo exacto de vida...¿cómo emplearíamos el tiempo que nos queda?¿lo disfrutaríamos más?¿saborearíamos más los momentos?¿qué es aquello que nos quedaría por hacer, que podríamos hacer y todavía no hemos hecho?
- Examinemos nuestro propósito, nuestras metas, nuestros objetivos y nuestras acciones. Volvamos a escribirlos, revisemos constantemente, ¡seguro que hay ajustes que hacer en los objetivos y acciones! Hay un apartado en este blog para cada uno de ellos en la forma en que yo lo entiendo.
Por último, tengo una frase propia, encuadrada en mi despacho, sacada de varias lecturas y de experiencia propia, que dice lo siguiente: "En mi propósito, lo que para mí no debería ser, en el aquí y ahora, es un acto que está por desarrollarse, en el siguiente aquí y ahora. Mantengo mi fe, sigo mi desarrollo, tengo gratitud y cumplo con mis objetivos y acciones de cada día en todo lo que pueda ser hecho ese día, por separado y enfocándome de una manera exitosa hacia mis metas"
Vive.... aquí y ahora.... con todos tus sentidos....con todo tu ser.
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