3ª semana enero 2010: Los demás

Empatía: Comprender a los demás.

Somos seres humanos y, como tales, somos seres sociales, entre otras cosas, desde que nacemos. Porque nacemos ya en un entorno (familia, casa de acogida...), y tenemos un argumento de vida (Eric Berne, Análisis Transaccional), el cual nos va marcando sin nosotros saberlo al principio.  Este argumento está en sintonía con el del resto de miembros que nos acogen, con lo que ya venimos ocupando un rol y un lugar y ya se espera algo de nosotros. Este guión está reforzado por castigos y premios para encaminarnos hacia lo que otros dicen que debería ser nuestro argumento de vida. Y si no estamos en la misma sintonía, empiezan los problemas. En función de esto, mediante lo que se llaman pactos de lealtad, otros nos dicen si somos ganadores o perdedores pues son logros o fracasos en función de lo que otros nos exigen o desean para nosotros. (por ejemplo, el profesional que sigue la carrera para continuar con la profesión del padre o la madre y que nunca les ha planteado, por ejemplo, que su verdadera vocación es la de ser actor o cantante). Ahora bien, en el momento en que la persona toma consciencia de esto y decide llevar su vida según su propio argumento personal, es cuando comienza un proceso de cambio y un autoconocimiento de sí mismo para poder entenderlo después en los demás y respetarlo y también respetar a quién decide no hacer este cambio, ya no está implicado personalmente en las decisiones de otros.

Es importante tomar esto en cuenta en la forma en que tratemos a los demás, pues cuando uno decide tomar responsabilidad de su propia vida y crear su propio argumento, ya no sirve echar la culpa a los demás de cómo es uno o de lo que le pasa a uno. Uno toma total control de su vida y no le afecta lo que otros digan o hagan, lo que otros esperan o desean de uno o para uno, aunque repercuta en una forma negativa, uno decide hasta dónde quiere que esto le influya. Esto también forma parte de lo que se denomina la manipulación psicológica de unos sobre otros. Casi siempre tocan argumentos de vida y pactos de lealtad.

Entendemos ahora que cada persona que nos encontramos en nuestro camino ha tenido un argumento de vida que la puede estar condicionando ahora mismo, que cada uno tiene sus propias prioridades, que cada uno tiene una manera de ver las cosas y de ver el mundo, que cada uno tiene un pasado y unas experiencias que le condicionan y un futuro con preocupaciones que también le condicionan. Cada uno ha decidido o no llevar el argumento de su propia vida o el de otros en la sociedad y en el entorno donde se mueve (familia, trabajo, amigos, clubes, etc). Y que todo esto puede dar lugar a fricciones porque no coincida con el nuestro.

¿Qué es respetar a los demás? Simplemente dejarles ser. Podemos estar de acuerdo o no y podemos decidir ponernos de su parte o no, establecer una relación o no más o menos íntima; pero en una sociedad y en nuestro entorno siempre habrán personas con las que nos tengamos que relacionar sin querer tener una intimidad profunda porque "choquemos" demasiado. ¿Cómo se lleva esto?

En primer lugar, en nosotros: No tomarnos nada como algo personal, aunque la persona pueda hablar mal o relacionarse mal con nosotros, después de averiguar con ella, si nos interesa y puede ser aconsejable, si estábamos haciendo algo que la molestara o que le indujera a prejuzgarnos y comprobar que no se trata de una ofensa o de algo personal, si son simplemente habladurías o críticas o quejas o comentarios desafortunados o disconformidades que quiera hacer sobre nosotros, de acuerdo, es ella entonces la persona que tiene ganas de criticar, prejuzgar, incluso poder crear habladurías o malestar, pero es ella la que es así, no tiene nada que ver con nosotros. (por ejemplo, mañana decidimos raparnos el pelo porque nos apetece, con esto aparentemente no molestamos ni hacemos mal a nadie, pero hay personas en nuestro entorno que nos critican y sí parecen molestas por sus comentarios sobre nuestra decisión, bien, no es algo personal, es sólo que en sus argumentos de vida, raparse el pelo no entra como una acción positiva y eso da lugar a crítica sobre los argumentos de vida que sí la tienen incluida como acción positiva, pero tiene que ver con esas personas, no con nosotros, y repito, importante, habiéndonos asegurado que nuestras decisiones no han afectado directamente y abusivamente de nadie, ni han coartado de libertad y respeto a otros.- NO es lo mismo tomar la decisión de raparme el pelo que de robar o matar a alguien por ejemplo).

En segundo lugar, en nuestras actitudes. Si queremos que nos respeten, tenemos que respetar. Si no queremos que nos critiquen, ¿por qué criticamos?, si nos molesta que nos prejuzguen sin preguntarnos, ¿por qué prejuzgamos sin preguntar?. La actitud da ejemplo. Lo de "no ponerse al nivel de la otra persona" es esto justamente. Tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran, ni más ni menos.

Esto nos lleva a la parte constructiva: Poder empezar a ver oportunidades, ver las relaciones que realmente nos hacen crecer, elegir las personas con las que queremos estar, aprender de los demás, implicarnos con los demás, trabajar en equipo, aprender a superar conflictos con otros positivamente sin tomarnos nada como personal, respetando y dejando ser...

Cuanto más seamos capaces de comprender a los demás, respetando sus propios argumentos de vida, sin implicarnos personalmente más de lo que decidamos hacerlo, más fácil será empatizar con esa persona y dejarla ser, sin resentimientos ni desengaños ni esperar nada a cambio y más fácil nos será comunicarnos con otros sin prejuzgar, sin faltar al respeto.

Examinémosnos: ¿Cuántas veces al día estamos más pendientes de lo que hacen o dicen los demás?¿Cuántas veces al día criticamos a los demás?¿Cuántas prejuzgamos sin tener conocimientode la persona de la que se está hablando?¿Cuántas veces nos fiamos de habladurías sin confirmarlas con la o las personas que son protagonistas de las mismas?¿Cuántas nos fiamos de ellas sin reflexionarlas ni analizarlas?