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El jardín de la mente


Este es mi jardín de los elementos. Lo encargué justo el día de mi 38 cumpleaños a un maestro artesano. Ni había leído libros como "El Monje que vendió su ferrari", ni otras cosas sobre el poder de la mente, control mental, etc..Pero, en mi propia conclusión, todos van a parar a lo mismo: "Eres lo que piensas".
Si la mente fuera como un jardín, imaginemos que podríamos cultivarla, cuidarla, nutrirla, fertilizarla. Y si la mente fuera como un jardín de verdad, y si hiciéramos estas cosas, se volvería cada vez más espléndida. Imaginemos que dejáramos crecer los matojos, nos olvidáramos de cultivar y usáramos productos tóxicos. Si fuera un jardín de verdad, todo se marchitaría y acabaría muriendo.

¿Qué cultivaríamos en el jardín marchitado de la mente?

Tal vez ansiedad, preocupaciones, miedos, dudas, fracasos, errores, finanzas, malos recuerdos de la infancia o adolescencia, culpabilidad, remordimientos, el pasado, el futuro... Pensando una y otra vez en todo esto, todos los santos días, a todas horas, cosas negativas sobre nosotros mismos, la sociedad, el vecino del 5º, la compañera de trabajo, las noticias, etc..

¿Qué haría un buen jardinero en el jardín espléndido de su mente?

Arrancaría la maleza cuando intentara salir, usaría los buenos pensamientos y cuidaría todos los días de arrojar cualquier elemento negativo que invada la armonía en cuestión en minutos..

¿Podemos entonces controlar nuestros pensamientos?

Yo creo que sí, estoy comprobando que sí..pero requiere mucho esfuerzo, porque la maleza se instala rápidamente y se crea un hábito, porque arrancarla todos los días cuesta más que dejarla crecer. Al principio es pequeña, como una mínima preocupación, pero como se le dé terreno, se expande hasta lograr ser una enorme montaña de ésa y otras preocupaciones añadidas.

Personalmente mis pensamientos son como mis sueños: están compuestos de los 5 sentidos: puedo ver una imagen, puedo escuchar un sonido, puedo reconocer un olor, puedo tocar algo, incluso puedo estar saboreando.

Entonces, si cambio una imagen negativa por una positiva, si escucho un sonido agradable o una música que me relaje, si puedo emular un olor que me recuerde un buen sentimiento (por ejemplo, la sensación de bienestar del olor a limpio de la ropa), si puedo tocar alguna parte de mi cuerpo para ir en cualquier momento a esa sensación que necesito, incluso si puedo saborear algo que me guste... Puedo usarlo en principio como herramientas propias para quitar mi maleza del jardín que quiero cultivar y que deseo que sea espléndido.

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